
Así transformamos vidas
En Rancho Del Rey no solo ofrecemos protección.
Creamos un espacio donde cada niño puede sanar, aprender, confiar y soñar otra vez.
Familias que Restauran
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En lugar de dormitorios impersonales, los niños viven en hogares dentro de Rancho Del Rey, acompañados por una figura materna y paterna que están con ellos día a día.
Forman vínculos reales, redescubren lo que significa pertenecer, y aprenden a vivir en comunidad con sus hermanos del corazón.
Familias que también Sanan
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Desde el inicio, involucramos a las familias de origen.
Creemos que el verdadero cambio es generacional, y cuando es posible, trabajamos para que los niños regresen a un entorno más saludable y restaurado.
A través de visitas, llamadas, acompañamiento terapéutico y formación, las familias biológicas también viven un proceso de transformación.
Educación para la Vida
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Más allá de lo académico, formamos a cada niño de manera integral.
Cada uno tiene un plan de vida personalizado que abarca:
Refuerzo escolar y aprendizaje continuo
Programas de robótica, habilidades digitales y carpintería.
Expresión artística a través de música, canto coral, teatro y danza
Tareas del hogar como parte del crecimiento en responsabilidad
Formación de valores
Aquí aprenden no solo a sumar y restar, sino también a soñar, decidir y construir.
Un Entorno que Abraza
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Ubicado entre montañas y naturaleza, nuestros espacios de Rancho Del Rey están diseñado para sanar.
Entre el silencio y el canto de las aves, hay belleza, espacios abiertos, juegos y sentido de pertenencia. Este entorno también forma parte del proceso: porque la paz exterior invita a la paz interior.
Salud con Sentido
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El trauma no desaparece con el tiempo; se sana con acompañamiento profesional.
Por eso contamos con un equipo interdisciplinario que evalúa constantemente el desarrollo emocional y psicológico de cada niño, brindando atención especializada y herramientas para que puedan reconstruirse desde adentro.
Aquí no rescatamos a víctimas.
Acompañamos a futuros líderes y ciudadanos comprometidos
Familias Restauradas
Restaurar una vida, es restaurar una historia completa.
Nuestro objetivo no es solo cuidar a los niños y jóvenes mientras están aquí, sino prepararlos —y preparar a sus familias— para un reencuentro posible, saludable y duradero.
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Cuando un niño ingresa a Rancho Del Rey, su familia también comienza un proceso.
No se trata de “entregarlo y olvidarlo”, sino de una alianza activa, con reglas claras y un acompañamiento constante.
Los padres o tutores se comprometen a participar en:
Visitas a nuestros espacios
Llamadas regulares y supervisadas
Sesiones de terapia familiar y talleres
Actividades especiales en días festivos
Cuidados durante vacaciones escolares
Procesos de orientación y desarrollo personal
Esto no es solo una opción. Es parte del modelo de transformación.
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Este proceso no sería posible sin el compromiso y la sensibilidad del equipo técnico. En Rancho Del Rey, cada familia es acompañada por:
Trabajo Social – Da seguimiento integral, visita los hogares, facilita recursos y construye puentes con la comunidad.
Psicología Clínica – Evalúa, escucha y guía a cada miembro de la familia en su proceso emocional.
Enseñanza Especializada – Apoya en la identificación de barreras de aprendizaje y comunica avances escolares a las familias.
Coordinación Espiritual – Acompaña desde la fe a quienes lo desean, ofreciendo esperanza y dirección espiritual.
Este equipo se convierte en una red de apoyo real y constante, incluso después de que el niño/joven egresa del programa.
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Dentro del proceso para su formación integral a lo largo de los años, se siembra también algo nuevo con su familia de origen: A veces es un reencuentro, a veces es perdón. A veces, solo el entendimiento de que se puede vivir de manera distinta.
En Rancho Del Rey, las familias también son parte del milagro.
De la invisibilidad a la esperanza:
Llegó a Rancho Del Rey tras pasar gran parte de su vida en un orfanato estatal, cuidando de sus hermanos con discapacidad. Nunca había sido escuchado, diagnosticado ni comprendido. Hoy, con atención médica adecuada, clases de música, apoyo académico y un entorno familiar amoroso, se ha transformado. Su epilepsia está bajo control, toca el piano entre otros instrumentos y sueña con un futuro lleno de posibilidades.
Acompañamiento que no termina:
Después de graduarse, enfrentó grandes dificultades familiares y económicas. Su entorno lo llevó a dejar la escuela, pero gracias al acompañamiento del proyecto de transición de Rancho Del Rey, sigue recibiendo apoyo, visitas personales y alimentos.
Rancho Del Rey sigue haciendo presencia animándolo a reconstruir su camino paso a paso.